Conoce nuestro método.
Velocidad
Con el entrenamiento que hemos diseñado para ti, elevarás progresivamente tu velocidad de lectura a niveles que jamás hubieras imaginado, comprendiendo aún más de lo que conseguías antes de convertirte en un lector altamente eficaz.
Comprensión
Aumentarás tu comprensión lectora hasta un 70% o más. Tu cerebro capta mucho mejor el significado de un texto leído mediante grupos de palabras, en vez de palabras aisladas leídas de forma silábica que necesitan un contexto para adquirir sentido.
Atención y concentración
Al eliminar los obstáculos que se derivan de la lectura tradicional y establecer una relación directa entre texto – mente, comprobarás cómo tu nivel de atención y concentración mejora de forma espectacular.
La realización de los ejercicios programados proporcionarán a tu mente la capacidad de visualizar y gestionar la información a alta velocidad, incrementando, además, tu capacidad de atención. Este proceso te proporcionará una muy elevada concentración en la lectura lo cual contribuye al resultado que de toda lectura deseamos obtener: una altísima comprensión.
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El método
Cómo aumentar tu velocidad y mejorar tu comprensión
Establecerás una relación visual directa texto-mente, aprovechando la rapidez de procesamiento del cerebro humano.
Dejarás de leer bajo los efectos de la lectura tradicional, para depurar el proceso y enfocar toda la atención y concentración en la asimilación de la información.
Abandonarás la lectura silábica para establecer nuevos patrones que tienen como principio la lectura por bloques.
Ejercitarás la movilidad ocular, favoreciendo, además de la agilidad mental, el movimiento de los músculos que dirigen el ojo, ampliando el campo de visión periférico, para mejorar la gestión de la información.
¿Por qué leer más rápido mejora nuestra capacidad lectora?
Nuestro pensamiento es mucho más rápido que nuestra capacidad de leer: pensamos mucho más rápido de los que leemos. A nuestro cerebro le gusta desenvolverse en altas velocidades: se concentra mejor.
Por eso, debemos mejorar nuestra capacidad visual para poder captar palabras a una velocidad más cercana a la que fluye nuestro pensamiento.
No obstante, la lectura rápida que queremos enseñarte no consiste en leer palabras más rápidamente, sino a una velocidad adecuada a las características personales de cada uno y al material que está leyendo, manteniendo e incluso mejorando el nivel de comprensión.
Con nuestro método cambiará tu forma de leer y te sorprenderá tu verdadera eficacia lectora.
Lee diariamente.
La gente de éxito lee todos los días y son estudiantes infatigables de su propia profesión.
Analicemos cómo funciona la lectura tradicional
Todos hemos aprendido a leer de forma oral, descifrando lentamente y en voz alta un sencillo libro de lectura.
Empezábamos por las sílabas, que luego juntábamos en palabras y las combinábamos en frases.
Aprendimos a tener cuidado en respetar los signos de puntuación hasta conseguir leer textos con sentido que nos costaba entender.
Asimiladas las bases, nos decían que ya sabíamos leer.
El adquirir mayor habilidad en la lectura dependía, y depende también en la actualidad, de nuestra práctica y del tiempo de dedicación. La repetición constante en el transcurso de los años hace que nuestra habilidad lectora mejore, aunque de forma insignificante. No dejamos de ser autodidactas.
Por lo tanto, en el mejor de los supuestos, nuestro nivel de lectura se mantiene constante a lo largo de nuestra vida y, en muchas ocasiones, disminuye con la edad.
Además, los malos hábitos adquiridos, como leer vocalizando las palabras o repetir mentalmente los vocablos, nos convierten en lectores lentos e impiden que la información acceda de forma rápida y directa a nuestro cerebro ya que la lectura sílaba a sílaba, palabra por palabra, rompe la unidad de pensamiento y entorpece la comprensión global del texto.
Lo usual cuando leemos mentalmente es hacerlo a la misma velocidad a la que leemos en voz alta. Lo ideal sería poder leer tan deprisa como pensamos, aunque este objetivo resulta prácticamente imposible de alcanzar, no obstante podemos mejorar, de forma sustancial, tanto nuestro nivel de comprensión como nuestra velocidad lectora.
Por todos estos motivos nos cuesta leer, nos cuesta entender y nos distraemos con facilidad. Todo ello repercute en nuestro rendimiento tanto personal como académico y profesional.