Domino el territorio por el que me muevo. Por algo me llaman el rey de la selva, aunque vivo en la llanura y la sabana. Pero mi porte y majestuosidad es impresionante. Mi rugido se escucha hasta en 9 km de distancia y puedo alcanzar los 80 km/h. ¡Ya eres un súperlektor!
Abro caminos allí donde no los hay, destruyendo los obstáculos que encuentro a mi paso. Pero no solo destaco por mi fortaleza: mi memoria fascina y dicen que nunca olvido. Te enseñaré a ser resistente ante la adversidad y recordar este proceso de aprendizaje.
Como decimos las jirafas: ¡no obtienes hojas a menos que saques el cuello! Estirando el cuello consigo mirar por encima de las copas de los árboles y contemplar la belleza de la sabana. De la misma forma que miras por encima de las palabras para comprender mejor su significado.
Soy un símbolo de la ternura, pero en verdad, soy maestro de la supervivencia. He aprendido a adaptarme al medio ambiente para poder sobrevivir. Me gustan los ambientes agradables y la creatividad. Así que paso mucho tiempo jugando. ¡Aprendo mucho!
La lluvia moja mis manchas, pero no las borra. Soy muy ágil; puedo correr a casi 60 km/h y saltar hasta 6 metros de longitud. Puedo estar activo las 24 horas del día, sea de día, noche, anochecer o amanecer. Así te quiero, ¡activo!
Soy muy inteligente y tengo la capacidad de utilizar herramientas. Mis brazos largos, pueden llegar a medir 2 metros y me permiten trepar ágilmente por árboles frondosos en busca de refugio en invierno y frescor en verano. No importa quién seas sino lo que eres capaz de conseguir.
¿Soy negra con rayas blancas? ¿O blanca con rayas negras? ¿Por qué necesitamos definir lo que vemos? Buen o mal lector; buen o mal estudiante. Lo que te define no son los carteles que te cuelgan sino el proceso que da sentido a lo que haces y que te permite redefinirte continuamente a través de la acción.
Sé cómo correr por el bosque. Confía en mi dirección porque mis instintos están más desarrollados para escapar de los peligros. Mi cornamenta será magnífica para solventar los peligros. ¡Confía en tus propias habilidades!