/Desde aquel día,/ Mr. Utterson empezó a rondar/ la puerta que conducía/ a la callejuela de las tiendas./ Lo hacía por la mañana,/ antes de ir a su despacho,/ también a mediodía,/ cuando el trabajo era mucho/ y el tiempo escaso,/ y por la noche,/ bajo la mirada de la luna/ que se cernía difusa/ sobre la ciudad./ Bajo todas las luces/ y a todas horas,/ ya estuviera la calle/ solitaria o animada,/ el abogado montaba guardia/ en el lugar que había elegido./ Si él es Mr. Hyde,/ yo seré Mr. Seek./ Al final de varios días/ vio recompensada su paciencia./ Era una noche clara y despejada,/ y el aire venía helado,/ las calles estaban limpias/ como la pista de un salón de baile./ Las luces proyectaban/ sobre el cemento/ un dibujo regular/ de claridad y sombra./ Hacia las diez de la noche,/ cuando las tiendas/ estaban ya cerradas,/ la calleja quedaba solitaria/ y muy silenciosa,/ a pesar de que hasta ella/ llegaran los ruidos/ del Londres que la rodeaba./ Los ruidos que procedían/ del interior de las casas/ eran claramente audibles/ a ambos lados de la calle/ y el rumor de los pasos/ de los transeúntes/ precedía a éstos/ durante largo rato./ Mr. Utterson llevaba ya/ unos cuantos minutos/ apostado en su puesto,/ cuando oyó unos pasos,/ leves y extraños,/ que se acercaban./ Durante todas aquellas/ vigilancias nocturnas/ se había acostumbrado/ al curioso efecto que se produce/ cuando las pisadas de una persona/ aún distante/ se destacaban con toda claridad,/ del vasto zumbido/ y alboroto de la ciudad./ Nunca, sin embargo,/ habían acaparado su atención/ de forma tan aguda y decisiva,/ y así fue como se ocultó/ en la entrada del patio./ Los pasos se aproximaban/ muy rápidamente/ y al doblar la esquina/ de aquella calle/ sonaron de pronto más fuerte./ El abogado miró desde su escondite/ y pronto pudo comprobar/ con qué clase de hombre/ tendría que entendérselas./ Era de corta estatura/ y vestía muy sencillamente./ Su aspecto, aun a distancia,/ le predispuso automáticamente/ en su contra./ Se dirigió directamente/ a la puerta de entrada/ cruzando la calle/ para ganar tiempo/ y mientras avanzaba,/ sacó una llave del bolsillo/ con el gesto seguro/ del que se aproxima a casa./ En el momento/ en que pasaba junto a él,/ Mr. Utterson dio un paso adelante/ y le tocó en el hombro./ Mr. Hyde, supongo, le dijo./ Hyde dio un paso atrás/ y aspiró con un siseo/ una bocanada de aire./ Pero su temor/ fue sólo momentáneo/ y aunque sin mirar directamente/ a la cara al abogado,/ contestó con frialdad:/ El mismo. ¿Qué desea?/