/A las diez y media/ de la noche/ oyó subir/ a la familia/ a acostarse./ Le inquietaron/ las continuas carcajadas/ de los gemelos,/ que se divertían/ con su loca alegría/ antes de meterse/ en la cama./ Pero a las once y cuarto/ todo quedó/ nuevamente/ en silencio/ y cuando sonaron/ las doce de la noche/ se puso en camino./ La lechuza chocaba/ contra los cristales/ de la ventana./ El cuervo graznaba/ en el hueco/ de un árbol/ centenario/ y el viento gemía/ vagando alrededor/ de la casa,/ como un alma/ en pena;/ pero la familia Otis dormía,/ sin sospechar/ la suerte/ que le esperaba./ Oía con toda claridad/ los ronquidos/ regulares/ del ministro/ de los Estados Unidos,/ que apagaban/ el ruido de la lluvia/ y de la tormenta./ Se deslizó/ furtivamente/ a través de la pared./ Una sonrisa perversa/ se dibujaba/ sobre su boca/ cruel y arrugada/ y la luna/ escondió su rostro/ tras una nube/ cuando pasó delante/ del gran ventanal./ El fantasma/ se deslizaba/ como una sombra./ Hubo un momento/ en que le pareció oír/ que alguien/ le llamaba;/ se detuvo,/ pero era tan sólo/ un perro que ladraba./ Prosiguió su marcha,/ mascullando/ extraños juramentos/ del siglo XVII,/ empuñando/ de vez en cuando/ el puñal enmohecido/ en el aire/ de la medianoche./ Por fin llegó/ a la esquina/ del pasillo/ que conducía/ a la habitación/ del infortunado/ Washington./ Allí hizo/ una breve parada./ El viento agitaba/ alrededor de su cabeza/ sus largos/ mechones grises/ y envolvía/ en pliegues de horror/ su larga túnica./ Sonó entonces/ el reloj./ Comprendió/ que había llegado/ el momento./ Con una risa maligna/ dio la vuelta/ a la esquina/ del corredor./ Pero apenas lo hizo,/ retrocedió/ lanzando un gemido/ de terror/ y escondiendo/ su cara lívida/ entre sus largas/ y huesudas manos./ Frente a él/ había un horrible/ espectro,/ inmóvil/ como una estatua,/ monstruoso./ Tenía la cabeza pelada/ y reluciente;/ la cara redonda,/ carnosa y blanca;/ una risa horrorosa/ parecía retorcer/ una mueca tenebrosa;/ por los ojos brotaba/ una luz escarlata;/ la boca parecía/ un pozo de fuego/ y una vestidura horrible,/ como la de él,/ envolvía aquella forma/ gigantesca./ Sobre el pecho/ llevaba colgado/ un cartel/ con una inscripción/ en extraños caracteres/ muy antiguos./ Tenía, por último,/ en su mano derecha/ un puñal de acero/ resplandeciente./ Como no había visto/ nunca fantasmas/ hasta aquel día,/ sintió de verdad/ un pánico terrible/ y después de lanzar/ rápidamente/ una segunda mirada/ sobre el espantoso/ fantasma,/ regresó a su habitación,/ enredándose los pies/ en la túnica/ que le envolvía./ Cruzó la galería/ corriendo/ y acabó/ por dejar caer/ el puñal enmohecido/ en las botas/ de montar/ del ministro,/ donde lo encontró/ el mayordomo/ al día siguiente./ Una vez refugiado/ en su retiro,/ se desplomó/ sobre un pequeño catre/ de madera,/ tapándose la cabeza/ con las sábanas./ Al cabo de un rato,/ el valor indomable/ de los antiguos Canterville/ se despertó en él/ y tomó la decisión/ de hablar/ al otro fantasma/ en cuanto amaneciese./ Por lo tanto,/ en cuanto amaneció,/ regresó al lugar/ en que había visto/ por primera vez/ al horroroso fantasma./ Pensaba que,/ después de todo,/ dos fantasmas juntos/ valían más/ que uno solo/ y que con ayuda/ de su nuevo amigo/ podría acabar/ con los gemelos./ Pero cuando/ llegó al lugar/ se encontró/ en presencia/ de un espectáculo/ terrible./ Algo extraño/ le sucedía al fantasma/ porque la luz/ había desaparecido/ por completo/ de sus órbitas./ El puñal de acero/ centelleante/ que llevaba en su mano,/ estaba recostado/ sobre la pared./ Simón se precipitó/ hacia adelante/ y le agarró/ por sus brazos;/ pero cuál no sería/ su terror/ cuando vió/ desprenderse la cabeza/ y rodar por el suelo/ mientras el cuerpo/ se desmoronaba/ al suelo/ y notó/ que abrazaba/ una cortina blanca/ de algodón grueso/ y que yacían/ a sus pies/ una escoba,/ un machete de cocina/ y una calabaza vacía./ Sin poder comprender/ aquella curiosa/ transformación,/
tomó con mano/ el cartel/ que llevaba colgado,/ pudiendo leer/ estas palabras terribles:/ HE AQUÍ/ EL FANTASMA OTIS/ EL ÚNICO ESPÍRITU/ AUTÉNTICO/ Y VERDADERO/ ¡CUIDADO/ CON LAS IMITACIONES!/ TODOS LOS DEMÁS/ ESTÁN FALSIFICADOS./ Se habían burlado de él/ y le habían engañado./