Nada más/ despertó /el interés/ de Mary/ durante/ el trayecto/ que le pareció/ muy largo./ De repente,/ los caballos/ cambiaron/ de paso./ Ahora/ marchaban/ con lentitud,/ como si fueran/ subiendo/ un cerro./ Poco después,/ incluso los setos/ y los árboles/ desaparecieron/ de la vista./ Como Mary/ no veía nada/ excepto/ la oscuridad/ que la rodeaba,/ se inclinó/ hacia adelante/ presionando/ su cara/ contra el cristal./ En ese momento,/ el carruaje/ se sacudió./ ¡Eh! Seguro/ que ya llegamos/ al páramo,/ exclamó/ la señora Medlock./ Los faroles/ del carruaje/ alumbraban/ con una luz/ amarillenta/ el difícil camino/ que parecía/ haber sido abierto/ entre los matorrales/ y los pequeños/ arbustos,/ y que parecía/ extenderse/ hacia el infinito./ Mientras tanto,/ el viento/ soplaba/ produciendo/ un sonido/ salvaje y fuerte./ Esto no es el mar,/ ¿verdad?/ preguntó Mary,/ volviéndose/ hacia su/compañera./ No, no, no lo es,/ contestó/ el ama de llaves./ Ni es campo,/ ni montaña;/ sólo son millas/ y millas de tierra/ en la que nada crece,/ excepto el brezo,/ el tojo/ y la retama./ Aquí sólo viven/ algunos caballos/ y rebaños/ de ovejas./ Siento/ una extraña sensación/ como si estuviera/ en medio del mar;/ al menos suena/ como si lo fuera,/ dijo Mary./ Es el viento/ que sopla/ a través/ de los matorrales,/ dijo la señora Medlock./ A mí me parece/ salvaje y soso,/ aunque/ muchas personas/ opinan/ que este lugar/ es muy hermoso,/ sobre todo/ cuando el brezo/ florece./ Siguieron/ su camino/ en medio/ de la oscuridad/ y aunque/ la lluvia/ se detuvo,/ alrededor/ del carruaje/ silbaban/ ráfagas de viento/ que producían/ extraños sonidos./ El camino subía/ y bajaba/ y en varias ocasiones/ el carruaje cruzó/ pequeños puentes/ bajo los que/ el agua corría/ con fuerza./ Mary tenía/ la impresión/ de que el camino/ no terminaría/ nunca,/ y que el ancho/ y desolado páramo/ era un océano/ que cruzaban/ a través/ de una zona seca/ de tierra./ No me gusta./ De verdad,/ no me gusta,/ se dijo,/ apretando/ con fuerza/ sus delgados labios./ Al final,/ después de subir/ una pequeña colina,/ pudieron ver/ una luz./ El ama de llaves/ suspiró con alivio./ Un poco más tarde,/ el carruaje/ pasaba las rejas/ del parque;/ pero aún quedaban/ dos millas/ por recorrer/ antes de llegar/ a la casa./ El camino/ de entrada/ estaba bordeado/ de altos árboles/ cuyas ramas/ se mezclaban/ en la cima/ y daban/ la impresión/ de una larga/ bóveda./ Al salir/ de la oscura/ avenida/ se encontraron/ en un gran espacio/ abierto./ El coche/ se detuvo/ frente/ a una inmensa casa/ no muy alta,/ que parecía/ extenderse/ alrededor/ de un patio/ de piedra./ Mary pensó/ que la casa/ estaba/ a oscuras/ pero al bajar/ del carruaje/ pudo ver/ una luz/ en una ventana/ del segundo/ piso./ Un hombre pulcro/ y delgado/ esperaba/ cerca del empleado/ que les abrió/ la puerta./ Deberá llevarla/ a su habitación,/ dijo el hombre/ con voz ronca/ a la señora Medlock./ El señor/ no desea verla/ porque mañana/ parte temprano/ para Londres./ Muy bien,/ señor Pitcher,/ contestó/ el ama de llaves./ Siempre puedo/ actuar bien/ cuando sé/ lo que se espera/ de mí./ Lo que se espera/ de usted,/ señora Medlock,/ dijo el señor Pitcher,/ es que trate/ de no molestar/ al señor/ y que él/ no tenga/ que mirar/ lo que no quiere/ ver./ Acompañaron/ a Mary/ al segundo piso/ a través/ de una ancha/ escalera./ Después/ de recorrer/ un largo pasadizo,/ subir/ unos peldaños/ y atravesar/ varios corredores,/ llegaron/ ante una puerta/ que estaba abierta./ Dentro/ le esperaban/ el fuego encendido/ y la cena servida/ sobre la mesa./ El ama de llaves/ le dijo/ sin ningún tipo/ de cariño:/ Bien, aquí la dejo./ Esta habitación/ y la que sigue/ son el lugar/ donde usted/ vivirá./ Y ¡no olvide!/ no debe moverse/ de estas habitaciones./ Así fue/ como Mary Lennox/ llegó a Manor House./ Nunca/ en su vida/ se había sentido/ más sola./