/A las doce de la noche,/ Sir Charles todavía/ no había regresado./ El mayordomo se alarmó/ y después de encender/ una linterna,/ salió en busca/ del señor./ Había llovido/ durante el día/ y no le fue dificil/ seguir las huellas/ de Sir Charles/ por el paseo/ de la mansión./ Hacia la mitad/ del recorrido/ hay un portillo/ para salir al páramo./ Sir Charles, al parecer,/ se detuvo allí/ algún tiempo./ El mayordomo/ siguió el paseo adelante/ y en el extremo/ que queda más lejos/ de la mansión/ encontró el cadáver./ Según el testimonio/ de Barrymore,/ las huellas de su señor/ cambiaron de aspecto/ más allá del portillo/ que da al páramo,/ ya que a partir/ de entonces/ al parecer/ anduvo de puntillas./ Un tal Murphy,/ gitano/ tratante en caballos,/ no se encontraba muy lejos/ en aquel momento./ Murphy afirma/ que oyó gritos,/ pero es incapaz/ de precisar/ de dónde procedían./ En la persona/ de Sir Charles/ no se descubrió/ ninguna señal/ de violencia,/ aunque el testimonio/ del médico señala/ que su cara/ estaba tan desfigurada/ que el doctor Mortimer/ se negó a creer/ que aquel cadáver/ fuera su amigo./ Este síntoma/ puede producirse/ en los casos de muerte/ por agotamiento/ cardiaco./ Esta explicación/ se vio corroborada/ por la autopsia/ que confirmó/ la enfermedad cardíaca./ Hemos de felicitarnos/ de que haya sido así,/ porque es/ de suma importancia/ que el heredero/ de Sir Charles/ se instale/ en la mansión/ y continue/ la tarea/ que ha quedado/ tristemente/ interrumpida./ Según se sabe,/ el pariente/ más próximo/ de Sir Charles/ es el señor Henry/ Baskerville,/ hijo de su hermano menor,/ en el caso/ de que aún siga/ con vida./ La última vez/ que se tuvo noticias/ de este joven/ se hallaba/ en Estados Unidos/ y se están haciendo/ las averiguaciones/ necesarias/ para informarle/ de lo sucedido./ El doctor Mortimer/ volvió a doblar/ el periódico/ y se lo guardó/ en el bolsillo./ Tengo que agradecerle/ que me haya informado/ sobre un caso/ que sin duda/ presenta/ algunos rasgos/ de interés./ Recostándose en el sofá,/ Sherlock Holmes volvió/ a unir las manos/ por las puntas/ de los dedos/ y adoptó/ su expresión/ más juiciosa./El doctor Mortimer/ continuó diciendo:/ Sir Charles/ era un hombre/ muy reservado,/ pero su enfermedad/ hizo que nos tratáramos/ y fueron muchas/ las veladas/ que pasamos/ conversando./ Durante/ los últimos meses/ advertí/ que el sistema nervioso/ de Sir Charles/ estaba sometido/ a una tensión/ casi insoportable./ Se había tomado/ tan en serio/ la leyenda/ de los Baskerville,/ que estaba convencido/ de que pesaba/ sobre su familia/ un destino terrible./ Le obsesionaba/ la idea/ de una presencia/ horrorosa,/ y en más/ de una ocasión/ me preguntó/ si durante/ los desplazamientos/ que a veces realizo/ durante la noche/ por motivos profesionales/ había visto/ alguna criatura extraña/ o había oído/ los ladridos de un sabueso./ Esta última pregunta/ me la hizo/ en varias ocasiones/ y siempre/ con una voz/ alterada/ por la emoción./ Recuerdo muy bien/ un día,/ aproximadamente/ tres semanas antes/ del fatal desenlace,/ que llegué a su casa/ ya de noche./ Sir Charles estaba/ junto a la puerta principal,/ y al dirigirme hacia él,/ advertí que sus ojos/ estaban fijos/ en algo situado/ por encima/ de mi hombro,/ y estaban/ llenos de horror./ Al volverme/ sólo tuve tiempo/ de vislumbrar/ lo que me pareció/ una gran ternera negra/ que cruzaba/ por el otro extremo/ del paseo./ Mi anfitrión/ estaba tan nervioso/ y asustado/ que tuve/ que trasladarme/ al lugar exacto/ donde había visto/ al animal/ y buscarlo/ por los alrededores/ pero habia desaparecido./