/Las patitas/ de uno de los lados/ colgaban en el aire,/ mientras que las del otro/ quedaban dolorosamente/ oprimidas contra el suelo…/ En esto, el padre/ le dio por detrás/ un empujón enérgico/ que lo lanzó/ dentro del cuarto,/ sangrando copiosamente/ de una herida en el costado/ y de una de sus patas./ Luego cerró la puerta/ con ayuda del bastón/ y por fin volvió a la calma./ Gregorio no despertó/ hasta la noche/ de un pesado sueño,/ semejante a un desmayo./ No habría tardado mucho/ en espabilarse por sí solo,/ porque había descansado bastante,/ pero le pareció/ que le despertaban/ unos pasos furtivos/ y el ruido de la puerta/ del recibidor/ que alguien cerraba suavemente./ Todavía se movía/ lenta y torpemente./ Tanteó con sus antenas,/ que en ese momento/ le mostraron su utilidad,/ se deslizó otra vez/ hacia la puerta/ para intentar ver/ lo que había ocurrido./ Al llegar a la puerta,/ comprendió que le había atraído/ el olor de algo comestible./ Encontró una cazoleta/ llena de leche con azúcar,/ en la que flotaban/ unos trocitos de pan./ Estuvo a punto de reír/ de gozo y alegría,/ pues tenía aún más hambre/ que por la mañana./ Hundió la cabeza/ en el tazón de la leche/ casi hasta los ojos;/ pero enseguida la retiró/ bastante contrariado,/ pues no sólo la herida/ que se había hecho/ en el costado izquierdo/ le hacía muy dificultosa/ la operación/ ya que para comer/ tenía que mover/ todo el cuerpo,/ sino que la leche,/ que hasta entonces/ había sido su bebida/ predilecta,/ por eso, sin duda,/ la había puesto allí/ su querida hermana,/ no le gustó nada./ Se apartó rápidamente/ casi con repugnancia/ de la cazoleta/ y se arrastró de nuevo/ hacia el centro/ de la habitación./ Por la rendija de la puerta/ vio que la luz/ estaba encendida/ en el comedor de al lado./ Pero a diferencia/ de lo habitual,/ no se oía al padre/ leer en voz alta/ el periódico de la tarde/ a la madre y la hermana/ como solía hacerlo/ habitualmente./ No se oía el menor ruido./¡Qué vida tan tranquila/ lleva mi familia!,/ pensó Gregorio./ Mientras su mirada/ se perdía en las sombras,/ se sintió orgulloso/ de haber podido/ proporcionar a sus padres/ y también a su hermana/ tan sosegada existencia,/ en un hogar tan acogedor./ De pronto pensó con terror/ que aquella tranquilidad,/ aquel bienestar/ y aquella alegría/ iban a terminar…/ Para no abandonarse/ en estos pensamientos,/ prefirió ponerse en movimiento/ y comenzó a arrastrarse/ por la habitación./