/Caminé por la playa/ con las manos en alto/ y totalmente absorto/ en contemplar/ mi salvación,/ haciendo gestos/ y movimientos/ que no puedo describir,/ pensando/ en mis compañeros/ que se habían ahogado./ No se salvó/ ni un alma,/ salvo yo,/ pues nunca más/ volví a verlos,/ ni hallé rastro/ de ellos,/ a excepción de tres/ de sus sombreros,/ una gorra/ y dos zapatos/ de distinto par./ Miré hacia el barco/ que permanecía/ encallado,/ y que casi/ no podía ver/ por la altura de la marea/ y la espuma de las olas/ y al verlo tan lejos,/ pensé: ¡Señor!,/¿cómo pude llegar/ a la orilla?/ Después de consolarme/ un poco,/ con lo poco/ que tenía/ para consolarme,/ empecé a mirar/ a mi alrededor/ para comprobar/ en qué clase de sitio/ me encontraba/ y qué debía hacer./ Muy pronto,/ la sensación/ de alivio/ se desvaneció/ y comprendí/ que me había salvado/ para mi mal,/ pues estaba empapado/ y no tenía ropas/ para cambiarme,/ no tenía nada/ que comer o beber/ para reponerme,/ ni tenía alternativa/ que no fuese/ morir de hambre/ o devorado/ por las bestias/ salvajes./ Peor aún,/ tampoco tenía/ ningún arma/ para cazar/ o matar algún animal/ para poder comer,/ ni para defenderme/ de cualquier criatura/ que quisiera matarme./ No tenía nada más/ que un cuchillo,/ una pipa/ y un poco de tabaco/ en una caja./ Estas eran mis únicas/ provisiones/ y al darme cuenta/ de la realidad,/ durante un rato/ no hice otra cosa/ que correr/ por la playa/ de un lado a otro/ como un loco./ Al acercarse/ la noche,/ empecé a angustiarme/ por lo que sería de mí/ si en esa tierra/ había bestias/ hambrientas,/ sabiendo que suelen salir/ durante la noche/ en busca de presas./ La única solución/ que se me ocurrió/ fue subirme/ a un árbol frondoso/ que encontré cerca/ y donde decidí/ pasar la noche,/ pensando/ en el tipo de muerte/ que me aguardaba/ al día siguiente/ ya que no veía/ cómo iba a poder/ sobrevivir allí./ Entonces caminé/ como un kilómetro,/ buscando agua fresca/ para beber/ y finalmente/ la conseguí,/ lo que me causó/ una inmensa alegría./ Después de beber,/ me metí en la boca/ un poco de tabaco/ para quitarme el hambre/ y regresé al árbol./ Mientras me encaramaba,/ busqué un lugar/ del que no cayera/ si me quedaba dormido./ Corté un palo corto,/ a modo de porra,/ para defenderme,/ me subí/ a mi alojamiento/ y de puro agotamiento,/ me quedé dormido./ Esa noche dormí/ tan profundamente/ como pocos hubieran/ podido hacerlo/ en tales circunstancias/ y logré
descansar/ como nunca en mi vida./