/En un momento/ los piratas/ acumularon/ en la proa/ de ambos barcos/ los mástiles/ de recambio,/ cajas llenas/ de balas,/ cañones viejos/ y maderos/ de toda especie,/ para formar/ una sólida/ barricada./ Veinte hombres/ muy fuertes/ descendieron/ para manejar/ los remos/ y los otros/ se agolparon/ en cubierta,/ llenos de furia,/ empuñando/ las carabinas/ y sujetando/ sus puñales/ con los dientes/ apretados./ El buque avanzaba/ a toda máquina,/ arrojando/ por la chimenea/ torrentes/ de humo negro./ ¡Fuego a discreción!/ gritó el Tigre./ Y recomenzó/ por ambas partes/ la música infernal,/ respondiendo/ tiro a tiro,/ bala a bala/ y metralla/ a metralla./ Los tres buques/ parecían/ dispuestos/ a sucumbir/ antes que/ a retroceder./ En los paraos,/ el agua llegaba/ a las bodegas,/ agujereados/ en cien sitios/ y la locura/ se apoderó/ de sus tripulantes;/ y todos/ querían subir/ a la cubierta/ del buque/ y si no vencer,/ al menos morir/ en el campo enemigo./ Patán se mantuvo/ fiel a su palabra/ y murió al pie/ de su cañón;/ pero otro artillero/ ocupó de inmediato/ su puesto./ Habían muerto/ muchos hombres/ y otros estaban/ gravemente heridos,/ con las piernas/ y brazos rotos./ La cruel batalla/ duró veinte minutos./ El buque se alejó/ una vez más/ otros seiscientos metros,/ a fin de evitar/ el abordaje./ Un bramido de furor/ estalló/ a bordo/ de los paraos/ ante la nueva retirada./ Así ya/ no era posible/ intentar luchar/ con ese enemigo/ que se libraba/ del abordaje./ Y sin embargo/ Sandokán no cedía./ Se arrojó/ en medio/ de sus hombres,/ corrigió/ la puntería/ del cañón/ que les quedaba/ y disparó./ Pocos segundos/ después/ el palo mayor/ del buque inglés/ se precipitaba/ al mar,/ arrastrando/ a varios soldados./ Mientras el buque/ se detenía/ para salvar/ a sus hombres,/ Sandokán aprovechó/ para embarcar/ en su parao/ a la tripulación/ del que mandaba/ Giro Batol,/ que en esos momentos/ se mantenía a flote/ por verdadero milagro./¡Ahora a la costa/ y volando!/ gritó Sandokan./ El parao/ de Giro Batol/ quedó abandonado/ a las olas/ con su carga/ de cadáveres./ Los piratas/ se alejaron/ a toda prisa/ y se refugiaron/ en el riachuelo./ El pobre barco/ hacía agua/ por todas partes/ y se hundía/ lentamente./ Sandokán/ lo embarrancó/ en un banco/ de arena./ Los piratas/ querían volver/ a la lucha./ Pero Sandokan/ les contuvo./ Son las seis,/ les dijo;/ dentro de dos horas/ se pondrá el sol/ y la oscuridad/ caerá sobre/ el océano./ Todo el mundo/ debe ponerse/ a trabajar/ para que/ a medianoche/ el parao esté listo/ y reparado,/ y así podamos/ hacernos a la mar./ ¿Atacaremos/ al buque?/ No lo puedo/ asegurar,/ pero les juro/ que pronto/ llegará el día/ en que nos venguemos/ de esta derrota./ Al relámpago/ de los cañones/ volveremos a izar/ nuestra bandera./ ¡Viva el Tigre!/ aullaron los piratas./ ¡Silencio!/ exclamó Sandokán./ Que vayan/ dos hombres/ a la boca/ del río/ para vigilar/ al buque inglés,/ otros dos/ a los bosques/ para que/ no nos sorprendan./ Curen a los heridos/ y todos/ a trabajar./ Se sentó/ sobre el cañón./ El buque espera/ que salgamos/ al mar/ para rematarnos,/ murmuró,/ pero se equivoca./ ¡El Tigre/ también sabe/ ser prudente!/ Llamó a Sabau./ Patán y Giro Batol/ han muerto,/ le dijo./ Ahora el mando/ te corresponde/ llevarlo a ti/ y yo te lo doy./ ¡Gracias, Tigre!/ Entre ambos/ llevaron el cañón/ hacia popa/ y lo apuntaron/ mirando a la bahía,/ de modo que/ pudieran despejarla/ a metrallazos/ si las chalupas/ del buque/ intentaban tapar/ la boca del río./ Los piratas/ trabajaron/ sin parar./ Pusieron/ nuevos mástiles,/ taparon todos/ los agujeros/ y renovaron/ los cordajes./ A las diez/ el barco/ ya podía/ volver al mar/ y afrontar/ un nuevo combate./ La oscuridad/ protegerá/ nuestra retirada,/ dijo Sandokan./ ¡Zarpemos!/ Veinte hombres/ empujaron el parao/ hacia el río./ Que nadie grite,/ dijo Sandokán/ con voz imperiosa;/ abran bien los ojos/ y tengan preparadas/ todas las armas./ ¡Vamos a jugarnos/ una partida terrible!/