/Sandokan se sentó/ junto al timón/ con Sabau/ a su lado/ y guió/ con destreza/ el barco/ hacia la boca/ del río./ La oscuridad/ favorecía la fuga./ Desplegaron/ una vela/ de color negro/ para confundirse/ con las sombras/ de la noche./ La cubierta/ del parao/ parecía desierta./ El buque inglés/ está muy cerca,/ y con todos/ sus fuegos/ encendidos,/ dijo Sandokán./ Está esperándonos./ Pasaremos/ pegados/ a la costa/ para confundirnos/ con la masa/ de los árboles/ y enseguida/ nos lanzaremos/ a mar abierto./ Sandokan temblaba/ de pura rabia./ El formidable Tigre/ de la Malasia,/ sentía vergüenza/ de huir silencioso/ como un ladrón./ ¡Le hervía la sangre/ de rabia y furor/ y sus ojos/ relampagueaban!/ De repente vio/ que el buque/ encendía los faroles/ de posición./ ¡Nos han visto!/ exclamó./ ¡A las armas!/ gritaron a bordo/ del barco de guerra./ ¡Se escapan/ los piratas!/ Pudieron oir/ el redoblar/ de un tambor/ llamando/ a los soldados./ Los piratas/ estaban agolpados/ detrás de la enorme/ barricada/ hecha con troncos/ de árbol,/ y apenas/ podían respiraban/ pero sus rostros/ feroces/ revelaban/ el estado/ de su ánimo./ Sus dedos/ apretaban las armas,/ impacientes/ por oprimir/ el gatillo./ Oyeron/ el silbido/ metálico/ de un proyectil/ al atravesar/ el aire./ Un humo rojizo/ estaba saliendo/ por la chimenea/ del buque./ Se escucharon/ las órdenes/ de los oficiales/ y los pasos/ precipitados/ de los tripulantes./ El buque corría/ para echarse encima/ de la nave pirata./ ¡Preparémonos/ para morir/ como héroes!/ gritó Sandokán,/ que no se hacía/ ninguna ilusión/ sobre el éxito/ de aquella lucha./ De una parte/ y de otra/ comenzó el cañoneo./ ¡Al abordaje!/ gritó Sandokán./ ¡La partida/ no es igual,/ pero somos/ los tigres/ de Mompracem!/ El parao/ era un juguete/ comparado/ con el gigantesco/ buque armado,/ pero se adelantó/ con audacia,/ cañoneándolo/ como mejor pudo./ A pesar del valor/ desesperado/ de los tigres/ de Mompracem,/ el parao/ fue acribillado/ por los tiros/ enemigos/ y ya no era/ más que un despojo./ Nadie hablaba/ de rendición./ Todos querían morir,/ pero allá arriba,/ en la cubierta/ del buque enemigo./ Habían destruído/ el cañón/ que disparaba Sabau/ y casi la mitad/ de la tripulación/ yacía tendida/ por la metralla./ La derrota/ era completa./ Sólo quedaban/ doce hombres/ que apretaban/ con manos/ de tenazas/ las armas,/ atrincherados/ tras los cadáveres/ de sus compañeros./ Sandokán no dudó/ y lanzó su nave/ contra el barco/ enemigo./ Fue un violentísimo/ encontronazo./ Dos arpeos/ de abordaje/ se agarraron/ a las escalillas/ del buque./ En ese momento,/ los trece piratas/ que quedaban vivos,/ sedientos de venganza,/ se descolgaron/ sobre el puente/ antes de que/ los ingleses,/ asombrados/ de tanta audacia,/ pudieran rechazarlos./ Los piratas/ rompieron las filas/ de los soldados/ que les cerraban/ cualquier intento/ de pasar,/ repartieron golpes/ de cimitarra/ a diestro/ y siniestro/ y se lanzaron/ hacia la popa./ Había allí/ unos sesenta/ soldados ingleses/ y se arrojaron/ totalmente/ furiosos/ contra ellos./ Durante/ algunos minutos/ hicieron temblar/ a sus enemigos,/ pero al final,/ uno tras otro,/ los piratas/ sucumbieron./ En la mitad/ del puente,/ Sandokán cayó herido/ en pleno pecho/ por el disparo/ de fusil./ Cuatro piratas/ que todavía/ sobrevivían/ se arrojaron/ delante de él/ y lo cubrieron/ con sus cuerpos,/ pero fueron muertos/ por una terrible/ descarga de disparos./ No así el Tigre./ Aquel hombre increíble,/ a pesar de su herida/ que manaba sangre,/ dio un salto,/ llegó a la borda,/ derribó con el puño/ a un soldado/ que intentaba/ detenerlo/ y se lanzó/ de cabeza al mar,/ desapareciendo/ bajo las negras aguas./